Reconóceme entre la gente que lees, si...
Ese flaco desgarbado, que camina viéndote en su futuro soy yo…
Darío.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Ven



Ven acercate,
Déjame sentir tu piel,
Hazme saber que mi hombría
Nace en las yemas de mis dedos
Cuando viajan de tus mejillas
A tus cabellos.

Ven cuéntame,
Déjame oír los secretos de tu cuerpo
Contados por tus poros a mi boca
Cuando mi saliva los vence,
Los convence…
Y se abren lentamente a mis anhelos

Ven siénteme
Vamos a robarle minutos al tiempo
Para alargar los momentos
Entre suspiro y suspiro.
Que un instante se haga eterno
Y conservarlo así en el recuerdo.

Ven abandónate
Deja que me pierda en la tormenta
Que despiertan los instintos
Antes que me devore
La bruma de la realidad.
Bésame, déjame besarte,
No hables, no preguntes,
Solo vive…

Ven, acompáñame a sentir.
" Ven, que voy a darte la vida entera,
Ven, que voy a ser tu eterna primavera,
Ven, que voy a regalarte la luna llena,
Ven, que haré nuestro lecho con las estrellas,
Ven, que seré tu luz en las noches en vela,
Ven, que serás mi amor hasta que muera."
Darío, con la colaboración especial de Lesmes Iglesias (Lim)
Gracias hermano.
Cuando no se explicarme bien
mis amigos hablan por mi..
Mi querida Dama de Sepia...


Tu belleza ofende y a mi me sorprende
Que tú me mires de esa manera a mí nada más
Dime que pretendes jugando conmigo
Y a mi como que me gusta jugar…

¿Por qué te me escondes? ya no se ni donde
En que lugar de esta ciudad te voy a encontrar
Llamo y no respondes, si sigo así
A ningún lado voy a llegar…

Y aquí viene la noche otra vez
Llega la noche otra vez
Y tu…
No se donde vas

Tu belleza ofende y a mi me confunde
Nunca se sabe cuando apareces si vienes o vas
Mi barco se hunde y no estoy seguro
Si entre tus brazos me voy a salvar…

Y aquí viene la noche otra vez…


Yordano Di Marzo.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Carta a mi Diosa

Diosa:
Soy un hombre normal, ni más ni menos que el resto de los que conozco
No suelo compararme con nadie, porque siempre habrá alguien mejor y
peor que yo.

A veces me veo las manos tan vacías, veo la gente caminando por la calle
en parejas, y se que algún día yo caminare igual con alguien del brazo
que me susurre al oído cosas que me hagan reír bajito.

Ojala pudiera tener la certeza, que ese asiento que estoy reservando en el
cine sea para ti, que mientras yo estoy comiendo palomitas de maíz viendo
películas en mi casa tu sueñes conmigo asomada en la ventana de tu cuarto.

Que cuando escucho una canción mis sentidos bailan con tu imagen,
esperando el día en que pueda tomarte de la cintura y dar vueltas contigo
sintiéndome feliz en cualquier parte, siempre que estemos juntos.

Se que sueñas conmigo, porque toda mujer sueña con su hombre ideal y yo
soy ese hombre, solo que tu no lo sabes y en tus sueños no tengo rostro, pero
sabes de mi voz porque es como la sueñas, sabes de mis caricias porque sé,
que a lo lejos las sientes y sabes también amada mía, lo que siento por ti
porque lo saben los cuatro vientos, las siete musas y los cinco continentes…
como no vas a saberlo tu, Mi adorada Diosa del Olimpo? Si es que yo
sueño contigo asomado a la ventana de mi cuarto.

Este hombre que a veces se siente tan desesperado por la falta de tu amor,
que te busca en otras pieles, que no te reconoce en ningún beso dado, trata
de ser normal y reírse como lo hacen todos y no sentir tu ausencia, que sabe
que los placeres que conoce no están completos porque no es tu cara la que
ve cuando abre los ojos, que no son tus suspiros los que escucha y que nunca
le ha salido del corazón decirle a nadie mas…

… Te amo.

Se que algún día caminaremos juntos y que recordarás que te escribo con
esperanza en que me leas, con fe, que entre tantas líneas me veas.. Se que
me lees, lo se..

Estoy ante ti desnudo buscando que me reconozcas y no me ves.

Soy un hombre normal, Diosa Mía, a veces me dejo crecer la barba de dos
días, corro por las mañanas y voy al mercado, también me gusta el agua de
coco y los cuentos infantiles y leo poesías, un poco más alto del promedio,
pero así puedo abrazarte mejor, te espero vida mía, lo he hecho una
eternidad, recogeré tus risas y anidare en tus llantos, reuniré caricias y
sembrare besos que germinaran en tu dorada piel, leerás todo lo que te he
escrito mientras reposas en mi regazo y yo no me pueda creer lo feliz que soy
de tenerte…

Conóceme Diosa, reconóceme entre la gente que lees, si.. ese flaco
desgarbado, que camina viéndote en su futuro soy yo…

Te espero…
Darío.



This Maquerade.
George Benson

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Venezuela: Dos caras de una misma moneda.


Cuando lo vio no lo reconoció, todo paso muy rapido, solo vio al hombre tendido en el suelo abrazado a una bandera de Venezuela, eran ya las cinco de la tarde y todo estaba lleno de humo y de olor a pólvora, la gente corria en todas direcciones asustada porque estaban disolviendo la manifestacion a tiros, una manifestación de las tantas que hay hoy en día por el descontento de la situacion del país: Hay que voltearlo para poder saber quien es, oyó que dijo alguien y él arrodillado a su lado en ese momento lo hizo para quedar presa del horror, su hermano yacía en el suelo, en sus brazos, mirándolo fijamente, en sus ojos vio retratada toda una vida, eran gemelos idénticos y hasta hace poco eran los mejores amigos, habían nacido solo con tres minutos de diferencia y a veces ni su madre podía identificarlos, recordó como en el colegio se cambiaban de escritorio para presentar los exámenes del otro y como para quedar bien, hasta uno había tenido que ir al cine con la novia del otro.
Vio como esos inmensos ojos verdes heredados de su abuelo italiano, lo veían el día de su graduación de bachilleres, como al darle el diploma el director del colegio lo primero que hizo su hermano fue voltear a abrazarlo, el amor que se profesaban era inmenso, eran uno solo en dos cuerpos.
También recordó el día que llego a su casa entusiasmado a contarle a su hermano que estaba haciendo las pasantias en el tribunal de justicia, estaban a punto de culminar sus carreras, el de abogado, su hermano de periodista, su hermano lo miro con reserva y después le tendió la mano para felicitarle,

Comenzaron las discusiones por las ideas políticas, el no entendía como su hermano, podía ir en contra del gobierno, como iba en contra de un presidente bueno y caritativo con los pobres, con los países hermanos, un presidente a quien se le inventaban tantas calumnias, como la de ese maletín de dólares, que metió la oposición en Argentina para inculpar al gobierno, su hermano estaba equivocado y el se veía imposibilitado de hacerlo entender, recordaba como cuando la oposición, esos oligarcas ricachones llamaban a una marcha, su hermano era el primero que iba vestido con su bandera tricolor y lo veía a él con desprecio por vestir su honorable camisa roja.
Paso sus largos dedos por el rostro de su hermano, ahora manchado de sangre y fue como verse en un espejo, pero con una cara de horror que el nunca había visto en esas facciones tan hermosas y tan amadas, veía como en la cara de su hermano caían gruesas lagrimas derramadas por el mismo y el mundo a su alrededor seguía su curso, la gente corría en todas direcciones, se escuchaban gritos y disparos, los flashes de las cámaras de los demás periodistas no dejaban de disparar, matando a su hermano una y otra vez.
Recordó la ultima discusión: habían cerrado unas emisoras de radio de unos oligarcas que solo las usaban para arengar en contra de su presidente, su hermano y hasta sus padres estaban indignados y su madre trataba de hacerle entender que era la voz del pueblo la que estaban callando, la voz del pueblo, como si cuatro locutores vendidos al imperio Norteamericano fueran el pueblo, su madre le dijo que no eran solo cuatro locutores, que eran mas de cuarenta emisoras de radio, pero el no hizo caso, salio de la casa dando un portazo y se monto en una flamante motocicleta que le dieron en el partido, para patrullar la marcha de la oposición y que no llegaran a donde tenían planeado llegar, porque seguro que tramaban un golpe de estado contra su presidente y hasta podrían matarle y el eso no lo iba a permitir, así fuera su propio hermano quien manifestara.
Sintió un ardor en el pecho, el llanto no lo dejaba respirar, su hermano con sus ojos verdes lo veía desde la muerte con la mirada fija en él desde el mas allá, no sintió el disparo, solo un gran ardor que atribuyo al dolor de ver a su hermano muerto en sus brazos, sus lagrimas, esas que caían en la cara de su gemelo ahora no eran agua salina, eran gotas de sangre, de la misma sangre que tenia el hombre muerto que yacía en sus brazos, comprendió que estaba herido, que la vida se le iba y que como su hermano, iba a morir, por su país, por un país dividido, por un país que estaba en guerra, pero con ellos mismos, con al familia y con sus raíces, un país que tenia tiempo ya reclamando vidas y que ahora se los llevaba a ellos, se inclino y beso a su hermano, se arropo con su bandera y pensó: que no había mejor lugar para morir que sobre su hermano muerto y por su patria, Venezuela.

Darío.