Si hoy me preguntaras si te quiero,
Respondería sin dudar que si…
Pero si me preguntas si puedo vivir sin ti
También y sin dudar respondería lo mismo.
Porque, amada mía la vida se antoja en jugar con nosotros,
Y con nuestros días.
Y yo te amo en mis silencios y en tu lejanía.
No debe la vida presentarnos un tesoro invaluable,
Un verbo adorable a los ojos,
Llenos de una mujer infinita, dulce, sabia, bella…
Para hacerla inalcanzable.
Mal pudiera decirte que me gustan tus ojos y tu piel,
Cuando solo de ti se tu pensamiento,
Tu alma desnuda, tu risa leída… tu llano callado, tu ternura.
Tu dulce dulzura.
Y es que te amo, te amo lo grito para mis adentros,
Que el mundo tiemble ante el llanto de mi amor ignorado,
Que lloren las nubes ante la renuncia de hacerte feliz,
Porque vida mía… te haría feliz, muy feliz.
Mis manos se ampararían en la suave curva de tu cuello,
Y contarían mis sueños al lado de debajo de tu almohada,
Callarían mis lágrimas tus sonrisas,
Y mis dedos te peinarían y acariciarían tus anhelos.
Que mis brazos acunen desde atrás tus pechos,
Que su plenitud abarque las cuencas de mis manos,
Y plenen mi vista insaciable.
Amada mía, diosa mía, mía…
Que a veces es tan difícil sostener mi amor,
Confrontarlo con que no eres, ni estarás nunca…
Que solo es esperanza calida,
Que solo es una lágrima solitaria que baja por mi cara,
Y cae en mis vacías manos de ti…
¡Que sola esta mi noche sin ti!
Y cuanta cantidad de sin ti hay en mis vida
Si me preguntas, bonita,…. si te amo?
Rápido respondo que si…
Si me preguntas si puedo vivir sin ti…
Vivo sin ti mi Diosa amada….pero vivo para ti.
Darío.
Hace unas cuantas semanas pasaba un fin de semana con mis padres que tienen unidos tres eternidades y algunos años mas…
Acompañe al viejo a limpiar el garaje y nos encontramos una pila de discos de acetato y entre los muchísimos que había tenía unos pocos de Luís Gerardo Tovar, me dijo: ¿Hijo, quieres ver magia? Subimos las escaleras hasta la salita donde suelen descansar y ver televisión y en la esquina un tocadiscos que yo juraba lo tenían como ficha de decoración por lo antiguo, puso uno de los discos, mi viejita se acerco secándose las manos con un paño de cocina, los ojos llenos de lagrimas directo a los brazos de mi viejo… duraron un buen rato abrazados, solo sintiéndose, luego mi padre le alzo la cara, la beso en los labios y se rieron juntos como acordándose de un viejo chiste, el viejo alzo la cara y me guiño un ojo.. Me dijo: todavía funciona la magia hijo…
De todas las que escuche, mi Diosa, me gusto ésta para ti, ojala la magia surta…
Poema Aquí te amo de Pablo Neruda.
Darío.